El rafting es una disciplina deportiva que refuerza la autoestima y nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos. Subirse a una balsa y lanzarse por los imponentes rápidos de un río, supone un verdadero acto de valentía.
Después de haber realizado un descenso, los problemas a los que nos tengamos que enfrentar a diario ya no nos parecerán tan importantes. Después de haber tenido una sensación extrema como esta se adquiere una nueva perspectiva que nos refuerza y nos permite afrontar los problemas desde un punto de vista mucho más objetivo.
Otro beneficio que nos ofrece esta disciplina, es la relajación. Gracias a su gran necesidad de concentración durante los descensos, podemos evadirnos por complemento de los problemas que invaden nuestros pensamientos habitualmente. Además, al ser una actividad que se realiza en pleno medio natural, podemos desconectar del ajetreo que supone vivir en un ambiente urbano.
Hasta ahora hemos hablado de los beneficios que supone el rafting en un plano psicológico o emocional. Llega el momento de centrarnos en los beneficios físicos que puede aportarnos esta actividad. El rafting es un deporte muy completo que además de fortalecer nuestra musculatura de prácticamente todo el cuerpo, mejora muchas de nuestras cualidades físicas:
- Remar con fuerza durante el descenso refuerza el sistema musculo-esquelético.
- Evitar constantemente caer al agua agudiza nuestro sentido del equilibrio.
- Realizar un descenso supone una carga física importante para nuestro sistema cardio-respiratorio, que ayuda a mejorar nuestra condición física general.
Por último, si con todos estos beneficios aun no te hemos convencido para que te lances al agua, te comentaremos otro beneficio que plantea esta disciplina, el rafting es un deporte de equipo donde, sin duda alguna, además de reforzar tu habilidades sociales, podrás disfrutar de la compañía de tus amigos e incluso hacer nuevos amigos, que seguramente tengan muchas cosas en común contigo.
Fuente: Alua.es