salgo de mi casa, hay un pozo en la vereda, no lo veo y me caigo en él.
Al día siguiente, salgo de mi casa, me olvido que hay un pozo en la vereda, y vuelvo a caer en él. Tercer día: salgo de mi casa tratando de acordarme que hay un pozo en la vereda, sin embargo no lo recuerdo, y caigo en él. Noveno día: salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, lo salto, y sigo mi camino.
Décimo día: me doy cuenta recién hoy… ¡que es más cómodo caminar por la vereda de enfrente! ☹️
¿Cuántas veces tenemos que caer en el mismo pozo para darnos cuenta de que existe? ¿Cuántas veces, a pesar de saber que existe, seguimos cayendo en él o en otros similares?.
Este cuento #jorgebucay nos habla del proceso y de la importancia de tomar conciencia. “darse cuenta” , una dificultad que nos es común a todos: tomar conciencia de las cosas propias o ajenas que, sin darnos cuenta, nos dañan de distintas maneras.
Darnos cuenta es el primer e imprescindible paso para poder transformar, gestionar, superar, eliminar o aceptar algo.
Cada uno tenemos nuestros propios “pozos”, elementos que nos perjudican de una u otra forma: algunos de ellos son internos como los pensamientos, emociones o actitudes propias, y otros externos como algunas relaciones, personas o situaciones en las que nos vemos envueltos. En cualquier caso no siempre resulta sencillo percibirlos y aún menos, superarlos o transformarlos.
Todos funcionamos a partir de nuestro ego, roles y mecanismos inconscientes que “saltan” de forma automática ante los estímulos externos.
Estos automatismos que nos empujan a responder siempre de la misma forma, hacen que la tarea de darnos cuenta y de aprender caminos distintos a veces resulte extremadamente complicada.
No permitas que este #2020 el pozo te distraiga enfócate , si podemos avanzar 🥰🥰. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
Romanos 12:2 NVI
Darse cuenta Me levanto una mañana,