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Las últimas tentaciones (gastronómicas) de San Francisco
La ciudad californiana sorprende con una oferta culinaria que pasa por la tradición y las últimas tendencias.
Alfredo García Reyes
San Francisco es la ciudad de la innovación tecnológica; la que marca tendencias y normaliza usos sociales y sexuales. Una ciudad con una brillante arquitectura, que también es un enorme comedor en el que experimentar con los sabores del mundo y las sorprendentes propuestas de la nueva cocina californiana.
De todos es sabido que San Francisco es un auténtico cocedero de futuro. Un lugar donde la creatividad, las nuevas tecnologías y las modas más rompedoras tienen un gran y bien provisto laboratorio y, más tarde, un brillante escaparate. Si no, que se lo digan a Apple, que no tuvo pudor alguno en gastarse, hace unos años, casi 25 millones de dólares en la renovación de su tienda de Union Square: solo las escaleras de cristal que comunican las dos plantas de este espacio costaron más un millón (¡a 33.000 dólares cada peldaño!).
No debería sorprender: San Francisco es cara y excesiva. Casi demasiado para el bolsillo de un viajero europeo medio. Pero, claro, cómo no sucumbir ante las muchas tentaciones que ofrece esta auténtica “ciudad del pecado”… Un lugar para el hedonismo, donde lo gastronómico tiene una importancia vital. Cada semana nace un restaurante rompedor, una nueva experiencia culinaria, un malabarista de los fogones que logra conjugar en sus platos toda la libertad que se respira en esta cosmopolita y fascinante urbe.

Foto: iStock
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Buscando tendencias
Con tanta novedad es casi imposible dominar la escena culinaria franciscana, sobre todo si se viene de fuera. Pero siempre hay trend hunters, rastreadores de tendencias, encantados de compartir sus conocimientos sobre la ciudad con quien esté dispuesto a dejarse conducir y a gastar unos dólares por ello. Un buen ejemplo son los guías de la empresa Local Tastes of the City Tours, que organizan rutas gastronómicas por algunos de los barrios con más personalidad de San Francisco. Por ejemplo, North Beach, distrito que engloba los internacionales barrios de Chinatown y Little Italy.

Foto: iStock
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Pastrami, pizza y chocolate en Little Italy
Una recomendable experiencia que tiene escala en lugares tan míticos como Mario’s Cigar (566 Columbus Avenue), donde se pueden probar sus míticos bocadillos de pastrami en un típico ambiente tabernario (a la americana, claro). O el restaurante Mona Lisa (353 Columbus Avenue), tan exageradamente italiano en su decoración que roza el esperpento. Pero, eso sí, con unas pizzas de esas que te hacen aflorar lagrimillas de gusto. También se visitan lugares tan originales como Z Cioccolato, donde investigan, analizan y experimentan con algunos de los sabores más característicos y definitorios de San Francisco, para luego convertirlos en porciones de pasteles-bombón, tan irresistibles como altamente calóricos. Pero, bueno, un día es un día, ¿no?

Foto: Mister Jiu’s
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Chinatown con estrella Michelin
En cuanto a Chinatown, tras la ruta convendría reservar mesa en Mister Jiu’s. Todo un referente por su cocina fusión (cantonesa-californiana), la calidad del producto y la delicadeza y creatividad en la elaboración de sus muchos platos. Al frente está el cocinero Brandon Jew, que puede presumir de haber conseguido una estrella Michelin para este restaurante.

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Una orquesta culinaria
Innovación, aunque con conceptos muy diferentes, es lo que también se puede encontrar en el cercano Financial District. Allí se encuentra el restaurante One Market. Al frente de su cocina está el carismático Mark Dommen, viajero impenitente por los sabores del mundo, recuperador y potenciador de recetas locales y magnífico director de una “orquesta” muy internacional, tanto en cocina como en sala. Está bien sentarse a las mesas del comedor formal. Pero lo realmente divertido es hacerlo en la barra que rodea la cocina abierta, o en el pequeño comedor que hay dentro de ésta (la mesa del chef), donde se puede disfrutar de una auténtica coreografía culinaria. Allí también se pueden intercambiar impresiones con el propio equipo de cocina. Una experiencia realmente enriquecedora. El menú degustación (seis platos) es una buena forma de acercarse al universo culinario de Dommen, pero hay otras opciones interesantes y divertidas. Como el menú Prime Rib (solo las cenas de viernes y sábados), donde se resumen algunas de las esencias de la más auténtica cocina estadounidense.

Foto: iStock
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No podía faltar el mercado
Justo enfrente de One Market está el Ferry Building, es decir, el puerto al que cada día llegan las miles de personas que viven o van a trabajar o estudiar a las principales localidades de la Bahía de San Francisco (Sausalito, Berkeley, Richmond, Oakland…). Este gran edificio está presidido por la Torre del Reloj, para cuyo diseño el arquitecto Page Brown se inspiró en la sevillana Giralda. Con la última renovación de esta estación marítima se ha abierto un mercado gastronómico (Marketplace), con decenas de tiendas y puestos en los que, se llegue o no con hambre a coger el ferry, es imposible no sucumbir. Buenos ejemplos son los espacios dedicados a los quesos (con numerosas referencias americanas y europeas), los vinos y licores (no menos surtido, con etiquetas de los cinco continentes civilizados), las frutas y verduras orgánicas, las setas y hongos, las empanadas argentinas, los donuts creativos y la boutique de chocolates y bombones.

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Entre lobos marinos
Siguiendo la línea de la costa, hacia el Norte, está el célebre Pier 39, antiguo muelle de pescadores, que es hoy un activo centro comercial y turístico, y uno de los lugares más populares donde acercarse al universo de la clam chowder. Es decir, la típica sopa de almejas (y de otros mariscos y pescados), tan estadounidense, que suele servirse dentro de un pan redondo desmigado. Uno de los restaurantes más recomendables donde probar este contundente plato, amén de muchas otras preparaciones que tienen al mar como protagonista, es Pier Market. Además, con espectaculares vistas a la bahía y a la ciudad y “amenizados” por los reclamos de las decenas de lobos marinos que se arraciman en uno de los extremos del pier.

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En busca del mejor lobster’s roll
Aquí o en cualquiera de los locales del vecino embarcadero de Fisherman’s Warf también merece la pena probar el célebre lobster’s roll, que no es más que un bocadillo de carne bogavante con mahonesa (o salsa tártara). Todo un emblema culinario de California, jugoso, con un sabor muy delicado y un precio más o menos razonable (unos 25 dólares), y que muchos toman sentados en un banco con vistas a la bahía, a la legendaria isla de Alcatraz y al Golden Gate.
No está mal como epílogo a esta pequeña ruta gastronómica por una de las ciudades más atractivas de Estados Unidos.
San Francisco
Fuente. viajes national geographic.
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